La dieta de una persona sana ciertamente incluye frutos secos. Ayudan a combatir el hambre y saturan el cuerpo con vitaminas y nutrientes.
Se cree que pueden aportar el máximo beneficio si se comen frutos secos por la mañana, y no sólo como refrigerio entre las comidas principales.
Los expertos nos dijeron qué cambios se pueden esperar y qué contraindicaciones existen.
Las nueces y las almendras contienen ácidos grasos que reducen los niveles de colesterol en sangre. Con su uso regular, se reduce el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas y vasculares.
Y gracias al contenido de vitaminas y nutrientes de las nueces, aumenta la concentración, la persona se siente más alerta y enérgica.
Debido a que los frutos secos sacian rápidamente y contienen grasas saludables, se reduce la cantidad de calorías consumidas y con ellas los kilogramos acumulados, al mismo tiempo que se mejora la función intestinal.
En definitiva, el consumo habitual de frutos secos fortalece el sistema inmunológico, mejora el estado de la piel, el cabello y las uñas.
Las contraindicaciones están asociadas exclusivamente al consumo excesivo de frutos secos.
Esto puede provocar un consumo excesivo de calorías, lo que puede provocar un aumento de peso.
Las personas alérgicas también deben tener cuidado con los frutos secos y, si padecen enfermedades crónicas, es mejor consultar a un médico.
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