Conocido por sus numerosos beneficios para la salud, el ajo ha atraído durante mucho tiempo la atención en aplicaciones tanto culinarias como medicinales.
Sin embargo, además de sus pronunciados aspectos positivos, también deben tenerse en cuenta los riesgos potenciales de su uso.
El consumo de ajo en grandes cantidades puede provocar irritación gastrointestinal.
Esto es especialmente probable en personas con estómagos sensibles o que sufren de úlceras de estómago o gastritis.
El consumo excesivo de ajo puede provocar:
• malestar;
• acidez;
• gases.
• hinchazón.
Por supuesto, estos efectos sólo aparecen si hablamos de un consumo excesivo.
El ajo tiene propiedades anticoagulantes, lo que puede ser peligroso para personas que toman anticoagulantes o trastornos hemorrágicos.
En algunos casos, el consumo excesivo de ajo puede potenciar los efectos de los anticoagulantes y provocar riesgo de hemorragia.
Además, no te olvides de posibles reacciones alérgicas. Esto puede manifestarse como:
1) erupción cutánea;
2) enrojecimiento;
3) shock anafiláctico en casos de alergias graves.
Las personas alérgicas a las plantas bulbosas deben tener especial cuidado al consumir ajo.
El ajo puede interactuar con ciertos tipos de medicamentos, incluidos medicamentos para la presión arterial, anticoagulantes y algunos antibióticos.
Por lo tanto, se recomienda a las personas que toman medicamentos recetados que consulten a un médico antes de utilizar el ajo como suplemento.
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