No te saltes la siesta durante los meses de verano.
Los expertos australianos han descubierto mediante investigaciones que la siesta ayuda a la persona a adaptarse más fácilmente al calor.
El hecho es que en este momento se recupera la fuerza, pero el efecto negativo del calor en el cuerpo se reduce significativamente.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el calor suele ser malo para la salud.
En temperaturas extremas, comer arroz puede incluso provocar la muerte. Aún así, con el calor el corazón se ve obligado a trabajar más intensamente.
Los científicos señalaron en su trabajo que otros son menos eficaces para combatir el calor, por ejemplo, los aires acondicionados.
Se cree que esto sólo puede hacer que una persona sea más vulnerable cuando tiene que volver a salir a la calle en un caluroso día de verano.
La publicación correspondiente con los hallazgos de los médicos se publicó en The Lancet: Planetary Health.