Con su sabor insuperable y sus excelentes propiedades medicinales, las uvas han deleitado a cientos de generaciones de personas que viven en la tierra y continúan haciéndolo hoy.
Ricas en minerales, azúcares, ácidos orgánicos y vitaminas, las uvas pueden hacer maravillas: tratar enfermedades incurables, es decir, disolver cálculos en la vesícula biliar y en los conductos hepáticos, detener hemorragias internas, aliviar la tuberculosis pulmonar y curar a personas debilitadas por enfermedades.
Las uvas contienen: sales de potasio, calcio, hierro, magnesio, además de pectina y taninos, ácidos orgánicos, azúcares y una gran cantidad de ácido fólico.
El contenido de vitamina A en las uvas tiene un efecto positivo en la visión, protege al cuerpo de infecciones del tracto digestivo, tracto urinario, piel y membranas mucosas. El retinol (vitamina A) interviene en el desarrollo embrionario del feto, lo protege y fortalece, y reduce el riesgo de patologías como el bajo peso al nacer.
La vitamina C (ácido ascórbico) se considera el antioxidante más potente que protege la sangre del exceso de grasa (colesterol), venenos, pesticidas y otros elementos nocivos. Fortalece el sistema inmunológico y previene la aparición de procesos inflamatorios en el organismo.
Las vitaminas B protegen el sistema cardiovascular. Participan en el metabolismo de grasas y carbohidratos. Nutren las células de nuestro cuerpo y les aportan energía vital. Su deficiencia afecta negativamente al estado de la piel, el cabello y las uñas.
Las variedades de uva tintas son aptas para fines medicinales. Contienen más vitaminas y otros elementos útiles que los ligeros.
Los flavonoides presentes en las bayas paralizan literalmente la adhesión de las plaquetas y favorecen la vasodilatación. Esta cualidad de las uvas tintas se puede utilizar para prevenir enfermedades cardiovasculares, tromboflebitis y esclerosis de pequeños vasos sanguíneos, así como para reducir la presión arterial.
Al tener fuertes propiedades antibacterianas y antivirales, las uvas rojas pueden protegernos de todo tipo de virus y bacterias patógenas que pueden causar, por ejemplo, la enfermedad de Alzheimer. Los antioxidantes presentes en estas bayas pueden apoyar la función cerebral y resistir activamente las enfermedades asociadas con el daño esclerótico de los capilares.
El sistema inmunológico también se puede fortalecer con la ayuda de las uvas, evitando el debilitamiento de la visión, que suele ocurrir en la vejez (puede ser glaucoma, cataratas y otros tipos de fenómenos patológicos).
Para resfriados y enfermedades, se recomienda utilizar uvas y su jugo fresco. Tienen un efecto diaforético y por tanto pueden aumentar la expectoración y la eliminación de la mucosidad del tracto respiratorio. Este tratamiento también está indicado para la neumonía, la bronquitis aguda y crónica y la tuberculosis pulmonar.
Las personas debilitadas por enfermedades graves pueden recuperarse y fortalecer su salud con la ayuda de estos maravillosos frutos. Gracias al hierro que contienen las uvas, es posible influir en la composición de la sangre y curar la anemia.