La residente canadiense de 58 años permaneció en la tabla durante 4,5 horas y se convirtió en la poseedora del récord entre las mujeres.
La esbelta y sonriente Donna-Jean Wild, a quien difícilmente se podría llamar abuela, se convirtió en poseedora del récord gracias a su propia perseverancia y al apoyo de su familia.
Tiene 12 nietos, de edades comprendidas entre uno y 12 años, quienes se reunieron con sus padres y su abuelo para apoyarla mientras establecía el récord.
Donna-Jean Wild fue maestra de escuela durante muchos años y recientemente se jubiló.
Hace unos 12 años, se cayó gravemente y se rompió la muñeca, por lo que tuvo que dejar de practicar deportes activos por un tiempo.
Pero resultó que incluso con un yeso en el brazo podía hacer el ejercicio de plancha y comenzó a practicar, aumentando gradualmente el tiempo del ejercicio.
Como resultado, Donna-Jean ahora dedica entre 2 y 3 horas a la plancha todos los días, considerándolo su entrenamiento diario habitual.
Sin embargo, establecer el récord no fue fácil para ella: durante la última media hora, la mujer, según admitió, trató de respirar, mantener la calma y no temblar.
No podía darse el lujo de caer de bruces frente a los nietos y estudiantes reunidos y logró sostener la tabla durante 4 horas, 30 minutos y 11 segundos.