Hasta ahora se creía que la ira era una emoción negativa. Sin embargo, los científicos han llegado a la conclusión de que esto no es del todo cierto.
Su estudio descubrió que la ira puede mejorar la creatividad.
Pero el hecho es que tal fortalecimiento se expresa más claramente en los casos en que la imaginación trabaja “a toda velocidad” en el contexto del deseo de implementar esta o aquella idea destructiva a cualquier precio.
Los investigadores llegaron a esta conclusión después de estudiar datos presentados en 23 artículos científicos (2.413 personas participaron en los estudios).
Los resultados mostraron una relación débil pero aún positiva entre la ira y la productividad creativa.
En particular, resultó que, en promedio, aquellos que experimentaban ira eran ligeramente mejores a la hora de resolver problemas creativos.
Es cierto que la intensidad de esta conexión estuvo determinada por varios factores.
Por ejemplo, se descubrió que el efecto de la ira sobre la creatividad era más pronunciado en los países del este de Asia.
En los países occidentales, dicha conexión prácticamente no existía.
Además, fue más pronunciado en los estudios nuevos que en los antiguos.
También resultó que la ira potenciaba en gran medida la creatividad dañina: la creación de ideas y soluciones para causar daño o eludir las normas estéticas.
Los investigadores también encontraron que la ira tenía el mayor impacto en la creatividad en tareas que involucraban la imaginación.
Los científicos señalan que su trabajo se centró únicamente en el estado emocional primario de la ira, sin tener en cuenta emociones secundarias como la agresión y la hostilidad.