A pesar de la opinión predominante de que el perfeccionismo es malo y definitivamente debemos deshacernos de él, ya que interfiere en nuestras vidas, existe un perfeccionismo saludable que, por el contrario, nos ayuda.
El perfeccionismo es el deseo de perfección, lo que nos motiva a hacer un trabajo de calidad e intentar hacerlo cada vez mejor, mejorando nuestras habilidades.
Pero también existe el perfeccionismo enfermizo y destructivo, que te obliga a posponer las cosas por miedo a hacer algo de manera imperfecta; te obliga a rehacer lo mismo cien veces, esforzándote por alcanzar un ideal inventado;
Hoy, junto a la psicóloga Ksenia Mathur, hablaremos en detalle sobre este tipo de perfeccionismo.
¿Cómo interfiere con nuestra vida y trabajo?
Dejar las cosas para más tarde. El deseo de perfección te impide empezar cosas nuevas o probar cosas nuevas por miedo a que no sean perfectas.
Nos parece que todavía no sé lo suficiente y necesito aprender más, espera.
Existe una cierta ilusión de que después de un tiempo todo saldrá perfecto en el primer intento.
Pero esto no es cierto: cualquier habilidad requiere experiencia y perfeccionamiento, y al principio no será tan hermoso y competente, ¡esto es normal!
Un estado constante de preocupación de que algo salga mal no es lo ideal.
Se gasta mucho tiempo, esfuerzo y energía en volver a verificar, terminar y rehacer todo. En consecuencia, el resultado se retrasa en el tiempo.
Baja autoestima, incapacidad para notar tus resultados, devaluación de tus logros y resultados, dificultad para aceptar elogios y premios.
Estas personas siempre piensan que podrían haberlo hecho mejor y, en consecuencia, no hay nada de qué jactarse ni nada de qué alegrarse en este momento.
Qué hacer si te encuentras con este tipo de perfeccionismo
Lo principal es empezar a llevar un diario de logros y éxitos. Anota en él todos tus éxitos, habilidades y logros.
Vuelva a leer periódicamente esta lista, agregue nuevos resultados y éxitos. Esto fortalecerá su autoestima y confianza en sí mismo.
Nuestra tarea es aprender a valorar todos nuestros resultados y éxitos, y no sólo los “Ideales”.
Date cuenta de que las imperfecciones y las imperfecciones son normales. “No son los dioses los que queman las ollas”, somos gente común y corriente y tendemos a cometer errores. Esto es normal y natural.
Permítete ser imperfecto y cometer errores. Los errores son una parte importante de nuestras vidas, incluido el desarrollo del profesionalismo.
Poco a poco te acostumbras a las imperfecciones en diferentes zonas. Por ejemplo, dejar de hacer algo cuando lo ha hecho lo suficientemente bien, sin llevarlo a la perfección.
Por ejemplo, estás limpiando tu armario y no has terminado un cajón, ¡déjalo así y vive con el pensamiento de que “esto también es posible”!