¿Qué crees que ayuda mejor a una persona a reprimir psicológicamente a su contraparte en una discusión?
¿Gritos, insultos, amenazas?
¡Por supuesto que no! La técnica más eficaz es... la calma.
No levantes la voz, no insultes a tu oponente y no intentes "esparcir argumentos" histéricamente.
Sólo si se cumplen estas condiciones tendrás la oportunidad de ganar la disputa.
Es posible que no puedas “probarle” nada a tu oponente. Pero es evidente que se deprimirá y también se pondrá en una situación desagradable.
Cómo argumentar correctamente
Existe una regla de oro en la disputa. Suena simple y lacónico: "¡No grites!"
Debe comportarse con la mayor calma y moderación posible. Bajo ninguna circunstancia debes recurrir a los insultos.
Es recomendable hablar con voz normal o incluso tranquila.
El oponente de una persona que sigue las reglas anteriores se encuentra en una situación difícil.
Tiene que calmarse y así terminar efectivamente el intercambio emocional, o continuar gritando, perdiendo completamente su ventaja.
La calma siempre es más fuerte que el desequilibrio. Aunque falten argumentos.