El desayuno es una comida importante que ayuda a saturar el cuerpo de vitaminas y energía.
Pero la preparación de la dieta de un estudiante debe abordarse de manera responsable.
Es mejor elegir huevos como producto principal.
Por lo general, casi todos los padres saben cocinar huevos revueltos o tortillas.
Pero conviene recordar que con el tiempo el niño se cansará del mismo tipo de comida.
Por eso, es mejor alternar platos. Por ejemplo, en lugar de la tortilla habitual, puedes servir muffins de huevo para el desayuno.
Es mejor rechazar los desayunos secos y rápidos. Suelen contener demasiada azúcar y otros aditivos nocivos. No sólo son perjudiciales para la salud, sino que tampoco te mantendrán lleno por mucho tiempo.
Es aconsejable excluir por completo de la dieta los bocadillos con embutidos y queso. La única excepción es el pan integral, que se puede servir con requesón, aguacate u otras verduras.
La avena, que se puede servir como pudín, aporta una gran variedad a la dieta del niño.
Debes empezar a preparar este saludable desayuno por la noche. Primero hay que remojar la avena en leche o yogur natural con miel.
Puedes agregar frutos secos. Por la mañana, este desayuno se mejorará con aditivos sabrosos, por ejemplo, bayas, frutas y, si desea obtener un plato aún más saludable, puede complementar la avena con chía.
Anteriormente te contamos qué alimentos puedes darle a tu hijo al colegio.