El estrés es un estado de tensión que se produce como consecuencia de la influencia de diversos factores físicos o psicológicos en una persona.
La psicóloga Evgenia Zarubina contó cómo ayudar a un niño a afrontar el estrés: consejos.
¿Sabías que el estrés nos acompaña desde que nacemos? Cuando nace un niño, ya está estresado. Primero, el paso por el canal del parto, luego el primer aliento y la apertura de los pulmones.
Luego un reinicio sensorial. Todo se vuelve diferente (más claro, más ruidoso, más frío).
Por eso es tan importante la llamada “hora dorada” después del parto. El contacto piel con piel ayuda a calmar a su bebé y reducir los niveles de estrés.
En las maternidades modernas, la madre y el niño permanecen juntos desde las primeras horas de vida del recién nacido.
La voz y el olor de la madre son familiares para el niño desde el útero, lo que le ayuda a recuperarse antes del estado de estrés del parto.
De ello se deduce que los niños comienzan a experimentar estrés a una edad muy, muy temprana y es necesario NO ignorar los problemas del niño, incluso si le parecen insignificantes. Y MISMO no desaparecerá.
Los padres y/u otros adultos necesitan mantener y mejorar una atmósfera de apoyo, positiva y amorosa en la familia. Debe demostrarle a su hijo que no está solo. Es escuchado y comprendido.
Debes explicarle a tu hijo que nuestra vida es como una “cebra” y que la raya negra definitivamente será reemplazada por una blanca.
Una atmósfera amigable estabilizará y cimentará al niño, dándole confianza y confiabilidad. Intente jugar con su hijo. Representa una situación psicológicamente traumática con él.
Pregúntale qué haría un personaje de su caricatura favorita en esta situación. Quién puede acudir en su ayuda y qué se debe hacer para que la situación se resuelva positivamente.
Enséñele a su hijo a no avergonzarse de sus emociones. (Sí, los hombres también lloran), y vivirlo de forma socialmente aceptable.
Como regla general, para afrontar el estrés, el niño intenta utilizar el exceso de hormonas liberadas. Empieza a correr, saltar, escuchar música a todo volumen, gritar, etc.
No hay necesidad de detenerlo. "¡Bueno, siéntate y cálmate!" Este método sólo provocará pasiones adicionales. Transforma su energía en una dirección positiva.
Si comprende que el niño no se las arregla y su ayuda no es suficiente. Contacta con los especialistas.
El niño debe comprender y saber que todas las dificultades y problemas tienen solución. Y sus seres queridos siempre acudirán en su ayuda. Ama a tus hijos y recuerda que el amor es la mejor protección contra el estrés.