Aquí es importante entender qué y cuándo debes obedecer a tus padres.
A menudo, la crianza de los hijos se basa únicamente en la propia experiencia de los padres. Puede resultar rico, variado y útil para el niño de muchas maneras. O tal vez no .
Dmitry Raevsky, fundador de una red de clínicas de medicina integrativa, pediatra, especialista en psicosomática y contacto terapéutico, explicó por qué los niños no deberían escuchar a sus padres.
Muy a menudo escuchamos la frase: “Mi abuela fue criada de esta manera, tu papá fue criado de esta manera. Creciste para ser buena gente, lo que significa que serás criado de esa manera”. Pero nuestras vidas están cambiando rápidamente.
Tanto los padres como los niños también deben aprender constantemente cosas nuevas y acostumbrarse a las nuevas condiciones de vida. Por ejemplo, han aparecido tecnologías digitales que no existían hace 20 o 30 años. Pero esto no quiere decir que si nosotros no tuvimos teléfono en nuestra infancia, el niño tampoco deba tenerlo.
Puede enseñarle a su hijo a beneficiarse de la comunicación con las tecnologías digitales. Por ejemplo, además de los juegos que "matan" el tiempo del niño y lo sacan de la estabilidad emocional, sacudiendo su psique, hay muchas películas, programas y artículos educativos que no se pueden encontrar en las bibliotecas.
A través de Internet, puede viajar virtualmente por el mundo, estudiar mapas, etc. Mediante consultas de búsqueda, Internet puede volverse realmente interesante y útil. Y para enseñarle todo esto a un niño, es necesario que usted mismo aprenda a beneficiarse de las tecnologías digitales.
El segundo punto que los padres deben comprender es que no pueden imaginar con certeza qué habilidades, habilidades y conocimientos serán útiles para el niño en el futuro. Puede que él tampoco lo sepa, pero puede sentirlo. Por ejemplo, elige la misma robótica o construye casas a partir de juegos de construcción y cubos.
Al cuestionar la elección del niño y no confiar en ella, los padres hacen que el niño sea innecesario. O, digamos, los padres están lejos de la música o los deportes y, en consecuencia, no inscribirán a sus hijos en esos clubes simplemente porque no hay música ni deportes en su mundo. Y para un niño esto puede resultar no sólo interesante, sino también útil.
Entonces, para que los niños obedezcan a sus padres, deben aprender por cualquier medio a comprender, aceptar sus deseos, interesarse con ellos por las tecnologías modernas y leer muchos libros. Como dijo Albert Einstein: “Si quieres que tus hijos sean inteligentes, léeles cuentos de hadas; si quieres que sean aún más inteligentes, léeles aún más cuentos de hadas”.
También sueñen juntos, exploren Internet, entonces las relaciones se construirán en igualdad de condiciones, sobre la base de intereses comunes. Si los padres no están interesados en vivir y estudiar, entonces el niño no estará interesado en todo esto. Y no escuchará las amonestaciones vacías de sus padres, que no estén respaldadas por su propio ejemplo.