Los ronroneos esponjosos no solo son una fuente inagotable de alegría y ternura, sino también la causa de numerosos problemas.
Uno de los trucos sucios de los que son capaces los gatos, aunque sea sin saberlo, es utilizar el jardín como caja de arena.
Además de que aquí y allá un jardinero desafortunado se topa con montones de objetos enterrados sin mucho cuidado, también se percibe el correspondiente olor.
Afortunadamente, existe una manera segura de mantener a las mascotas alejadas de los manzanos, grosellas y otra vegetación cultivados con cariño.
Para hacer esto, necesitará los posos de café más comunes, que generalmente se tiran a la basura cada vez que beben una taza de café fuerte.
Tienes 2 opciones: espolvorear los posos de café en montones alrededor de las plantas o mezclarlos con la capa superior de tierra.
Este remedio inesperado repele a los gatos mejor que cualquier otro.
Lo principal es asegurarse de que la capa de posos de café no sea demasiado densa; de lo contrario, será difícil que la humedad penetre en el suelo.