Dejar al perro solo en casa cuando el dueño necesita ir a la tienda o ir a trabajar es un gran arte.
No es difícil imaginar qué hará la mascota durante este tiempo. Puede aullar, quejarse, ladrar, molestando a los mismos vecinos que pronto también comenzarán a expresar su descontento.
Así aconsejan los expertos abordar este problema, sobre todo si el horario incluye turnos de noche.
1. Aprender a romper
Cuando el dueño se sienta frente a la computadora o al teléfono inteligente hasta el final y luego, después de darle una palmada en la oreja al perro, se escapa, cerrando la puerta, el dueño simplemente no tiene más remedio que aullar de dolor y resentimiento. Puedes evitar escenas desgarradoras si le das a tu perro entre 5 y 10 minutos antes de irse.
También es necesaria la formación en cuidados. Puedes fingir una ruptura saliendo por la puerta y quedándote detrás de ella, aumentando constantemente el tiempo que estás fuera.
Poco a poco, el perro se irá acostumbrando a la idea de que si el dueño se va, definitivamente regresará.
2. Ocio
Si el perro está tranquilo, no esperes nada bueno. Quizás se le haya ocurrido algo que hacer por sí mismo y luego, después del trabajo, le espera un pogromo en el apartamento.
Ayudarán juguetes, comederos y otras diversiones que no permitirán que el de la cola piense en estupideces.
En este caso, es necesario establecer los límites de lo permitido.
3. Caminar
Asegúrate de pasear al animal hasta el agotamiento. Cuanto más duerma, menos daño hará en tu ausencia.
4. Estímulo
Si el perro te saludó moviendo alegremente la cola, los vecinos en el patio de recreo y en la entrada sonrieron como de costumbre y todo estaba en perfecto orden en casa, no dejes de agradecer a la mascota. Llévalo a pasear, juega y asegúrate de darle un premio.