Si tienes perejil creciendo en tu huerto de ajo, ¡desentiérralo inmediatamente!
La agrónoma Larisa Semenova realizó un experimento: el ajo plantado junto al perejil produjo un 50% menos de cabezas y el 30% de la cosecha se pudrió debido a un hongo.
“Las raíces del perejil secretan alelopátinas, sustancias que inhiben el crecimiento de las plantas vecinas”, explica Semenova. “El ajo se debilita y se convierte en un objetivo para el fusarium”.

Olga de Tver se enfrentó a este problema:
“Un mes después de la germinación, el ajo comenzó a amarillearse. Resultó que el culpable era el perejil del huerto vecino".
Reemplaza el perejil por cilantro: sus aceites esenciales repelen las moscas de la cebolla y las raíces no compiten por los nutrientes.
“Ahora planto ajo y cilantro juntos, ¡y ambos crecen como locos!” — presume el residente de verano Iván.
Los científicos de la Universidad Estatal de Moscú agregaron que el perejil extrae nitrógeno del suelo, que es necesario para que el ajo forme cabezas grandes. Si están adyacentes, el suelo se agota en 2-3 semanas. ¿Solución?
Siembre mostaza entre ellos: no solo saturará el suelo con nitrógeno, sino que también suprimirá el crecimiento de malezas.
“La mostaza es el mejor ‘mediador’ del ajo”, confirma el agrónomo Mijail Vorobyov.
Y aquí hay otro enemigo del ajo: las fresas. Sus raíces secretan ácidos que retardan el desarrollo de los dientes.
“Solía plantar ajo junto a fresas para ahorrar espacio, pero ahora los mantengo en diferentes extremos del jardín”, aconseja la bloguera de jardinería Anna.