Mientras tú vas arrancando ortigas y dientes de león, tu jardín va muriendo lentamente.
Estas malas hierbas son lo único que salvará los parterres si el tizón tardío o los pulgones ya se han apoderado del territorio.
No es necesario quemar las ortigas: échales agua (1 kg por cada 10 litros) y déjalas al sol durante 3 días. Colar y rociar los tomates: esta es una mezcla nuclear contra los hongos.

No tires los dientes de león: sus raíces segregan una sustancia que repele a los nematodos. Moler las raíces, verter agua hirviendo sobre ellas y regar la tierra alrededor de las patatas. En dos días las plagas desaparecerán y la cosecha estará limpia.
Pero no utilices dientes de león en flor: su polen atraerá aún más pulgones. El secreto es arrancar las malas hierbas antes de que aparezcan las cabezas amarillas.
A los agrónomos no les gustan estos métodos porque son gratuitos.
La infusión de ortiga también aumenta el contenido de azúcar de las fresas: pruébala y nunca más volverás a comprar bayas compradas en la tienda.
Las ortigas se pueden enterrar entre las hileras de repollo: esto ahuyentará a las orugas.
Mezcle la infusión de diente de león con cáscara de cebolla y viértala sobre las zanahorias: las raíces crecerán suaves y dulces.
Si el líquido de ortiga huele demasiado fuerte, agregue un puñado de tierra: el olor se suavizará.
Para combatir las hormigas, esparza hojas frescas de ortiga alrededor de los árboles: los insectos odian su picadura.
Y el “té” de diente de león salvará las rosas de los pulgones: rocíe los brotes y las plagas desaparecerán en una hora. Lo principal es no verter la infusión debajo de las raíces: puede quemar los brotes jóvenes.