Con la llegada del otoño, muchos agricultores compran terrenos destinados a la jardinería.
Al mismo tiempo, la mayoría de los cultivadores de plantas confían en que cuanto más negro sea el suelo, más beneficios aportará a su propiedad.
Este es un grave error de los agricultores: el uso de dicha tierra en una parcela, por el contrario, puede provocar una disminución en el rendimiento de muchos cultivos.
Esto se debe al hecho de que el suelo, que tiene un color negro intenso, se forma principalmente en lugares bajos y pantanosos.
Esto significa que aumenta la acidez del suelo.
Y dado que el suelo ácido es un obstáculo para las plantas, por lo que no pueden absorber nutrientes, crecerán mal y, en consecuencia, darán frutos.
En lugar de dañar su jardín y huerto, aunque sea por ignorancia, pero con sus propias manos, comience a preparar usted mismo la tierra fértil.
Por ejemplo, bastarán sólo seis meses para que el estiércol se convierta en humus. Si no hay estiércol, comience a construir una pila de abono; el abono, aunque no es negro, sino marrón, también tiene una estructura suelta y es un fertilizante de alta calidad.