Las hojas caídas no solo son un hermoso atributo otoñal, sino también un recurso valioso para jardineros y jardineros.
La basura es un fertilizante orgánico gratuito que se puede utilizar para abono, compostaje y mejora del suelo.
En este artículo te contamos cómo recolectar, almacenar y utilizar adecuadamente las hojas caídas en beneficio de tu jardín.
Las hojas caídas contienen muchas sustancias útiles, como nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio, calcio y oligoelementos.
También enriquecen el suelo con materia orgánica, mejoran su estructura, capacidad de humedad y transpirabilidad.
La basura promueve el desarrollo de microflora y fauna beneficiosas en el suelo, como bacterias, hongos, gusanos e insectos. La hojarasca también protege el suelo del sobrecalentamiento, la desecación, la erosión y las malas hierbas.
Sin embargo, no todas las hojas son igualmente beneficiosas para el suelo. Algunas especies de árboles tienen hojas con alto contenido de ácido o taninos, lo que dificulta su descomposición y acidifica el suelo.
Es mejor no utilizar este tipo de hojas ni mezclarlas con otros materiales. Estas especies incluyen el roble, el arce, el nogal, el abedul, el álamo temblón y el abeto.
Las hojas caídas deben recogerse de manera oportuna antes de que se mojen y se pudran.
Es mejor hacer esto después de la primera helada o después de que los árboles hayan perdido todas sus hojas. Puedes recoger las hojas de diferentes formas: con rastrillos, escobas, aspiradoras o cepillos metálicos. Las hojas recolectadas deben colocarse en bolsas o contenedores y almacenarse en un lugar seco hasta su uso.
Puedes utilizar las hojas caídas de diferentes formas, según el propósito y la época del año. Éstos son algunos de ellos.
Acolchado
Esta es la forma más fácil y común de utilizar las hojas caídas. El acolchado consiste en cubrir el suelo con una capa de material orgánico para protegerlo de factores adversos.
Puede cubrir macizos, macizos de flores, árboles y arbustos. Para hacer esto, debe verter una capa de hojas de 5 a 10 cm de espesor sobre la superficie del suelo. El mantillo de hojas protege el suelo de la desecación, el sobrecalentamiento, la congelación y las malas hierbas. También se descompone gradualmente y mejora la fertilidad del suelo. Puede aplicar mantillo en cualquier época del año, pero esto es especialmente cierto en otoño y primavera.
compostaje
Esta es otra forma de aprovechar las hojas caídas. El compostaje es el proceso de descomposición biológica de materia orgánica bajo la influencia de microorganismos y oxígeno.
El compost es un producto de compostaje terminado que puede usarse como fertilizante para las plantas. Para hacer abono a partir de hojas, es necesario mezclarlos con otros desechos orgánicos como pasto, paja, aserrín, excrementos de pollo, etc. La proporción entre hojas y otros materiales debe ser de aproximadamente 3:1.
La mezcla debe colocarse en un recipiente o pozo especial y agitarse y humedecerse periódicamente. El proceso de compostaje puede tardar desde varios meses hasta un año dependiendo de las condiciones y composición de la mezcla. El abono terminado debe tener una estructura suelta, un color oscuro y un olor agradable.
Mejora del suelo
Esta es otra forma de aprovechar las hojas caídas. La mejora del suelo es el proceso de aumentar su fertilidad y estructura mediante la introducción de diversos aditivos. Las hojas caídas se pueden utilizar para mejorar el suelo en parterres de jardín, césped o macizos de flores.
Para hacer esto, debe verter una capa de hojas de 10 a 15 cm de espesor sobre la superficie del suelo y ararla o desenterrarla. Las hojas se irán descomponiendo progresivamente y enriquecerán el suelo con materia orgánica y microelementos. Este método funciona bien en suelos pesados y pobres, como arcilla o arena.
Como puedes ver, las hojas caídas no son basura, sino un recurso valioso para tu jardín. Úsalos sabiamente y obtendrás plantas sanas y hermosas.