Muchas amas de casa enjuagan solo el arroz antes de preparar la papilla para que se desmorone.
Sin embargo, vale la pena mojar en agua el trigo sarraceno, el mijo y otros cereales: ¿quién sabe dónde tuvieron que estar antes de llegar a tu mesa?
Además, el agua en la que recientemente “flotaron” los granos también tiene usos útiles.
Resulta que se puede utilizar como fertilizante natural para plantas de interior.
Dado que el agua después del lavado de cereales está enriquecida con silicio, fósforo, magnesio y hierro, no es de extrañar que beneficie a las begonias y los cactus.
Pero incluso en este caso, hay algunas reglas importantes: si la flor se trasplantó a un suelo nuevo, deben pasar al menos 2 meses antes de utilizar dicha recarga.
No olvide regar la planta con agua corriente antes de aplicar fertilizante; de esta manera la composición concentrada no la dañará.
Finalmente, vale la pena tener en cuenta el hecho de que las flores de interior no necesitan alimentación durante todo el año, sino sólo en primavera y verano.