Si muchas amas de casa aprecian las cáscaras de cebolla como a la niña de sus ojos, ya que sin duda serán útiles para colorear los huevos, entonces la actitud hacia las cáscaras que quedan del ajo es completamente diferente.
En lugar de abastecerse del valioso material, la mayoría de la gente tira las cáscaras de ajo a la basura.
En lugar de desperdiciar material valioso, utilícelo para evitar que las plagas ataquen los cultivos que cultiva con amor.
Por lo tanto, las gachas de ajo harán un excelente trabajo protegiendo las zanahorias de los hongos y las polillas de la zanahoria.
Para prepararlo, deberás transferir las hojas a un balde y llenarlo con agua.
Lleva el recipiente a un lugar oscuro y déjalo allí durante una semana. Después de 7 días, notarás que la composición ha comenzado a fermentar y aparecen burbujas en su superficie.
Lo único que tienes que hacer es remover el contenido del balde y esperar hasta que dejen de formarse burbujas.
Además de las cáscaras, también puedes agregar tallos, raíces e inflorescencias de ajo a la solución antibacteriana y usar los dientes durante el proceso de cocción.