Las albóndigas no pueden considerarse el producto alimenticio más saludable. Incluso aquellos que no sean demasiado perezosos para esculpir productos semiacabados en casa tendrán que limitarse.
La combinación de masa con relleno de carne hace que las albóndigas sean un alimento difícil para el organismo. Las consecuencias pueden agravarse si se ingieren con alimentos inadecuados.
Los expertos nos dicen con qué no se deben comer las empanadillas para evitar problemas digestivos.
Primero, los alimentos que contienen almidón.
Como ya se mencionó, las albóndigas se consideran un alimento difícil de digerir.
Si les añades almidón, se garantizará una sensación de pesadez en el estómago. Estos incluyen productos horneados, legumbres, soja y remolacha, rábanos y patatas.
En segundo lugar, vinagre.
Aunque se considera una antigua tradición añadir un poco de vinagre a las albóndigas, esta costumbre puede ser perjudicial para la salud.
Vale recordar que el vinagre no es bueno para la digestión. Es mejor evitarlo si se padecen enfermedades gastrointestinales, acidez elevada, inflamación o úlceras.
En estos y otros casos, beber vinagre agrava el curso de la enfermedad.
En tercer lugar, salsas grasas.
La mayonesa, la salsa de mayonesa y otras mezclas a base de aditivos aromatizantes cargan el tracto gastrointestinal.
Un plato que ya es pesado se vuelve aún más perjudicial para la digestión.
Todos estos consejos deben ser tenidos en cuenta por quienes se ven obligados a seguir una dieta saludable o intentan reducir el contenido calórico de sus comidas.