Mucha gente empieza la mañana con un croissant, un cereal dulce o un sándwich con mermelada. Pero un desayuno así supone un duro golpe para el metabolismo.
Los carbohidratos rápidos aumentan bruscamente el nivel de azúcar en sangre y después de una hora su nivel desciende, provocando hambre y fatiga.
Lo que es peor, comer dulces regularmente con el estómago vacío aumenta el riesgo de padecer diabetes.

Reemplace los carbohidratos simples por proteínas y grasas saludables: huevos, aguacate, nueces, requesón. Proporcionan energía durante 3-4 horas y comienzan a quemar grasa.
Si no puedes vivir sin algo dulce, añade una cucharada de miel a tu avena de cocción lenta. Este desayuno te protegerá de crisis y de comer en exceso durante el día.
Pero ¿por qué proteínas?
Es sencillo: los aminoácidos de los huevos o del requesón estimulan la producción de tirosina, una sustancia que aumenta la concentración y el estado de alerta.
Y las grasas de los aguacates o las nueces mantienen los niveles de leptina, la hormona de la saciedad.
Compara: después de un bollo dulce, una hora más tarde tomarás un café y unas galletas, y después de una tortilla con verduras, esperarás tranquilamente hasta el almuerzo.
Otro peligro son los jugos de frutas.
Incluso recién exprimidos, carecen de fibra y contienen una dosis alta de fructosa. Esto sobrecarga el hígado, que convierte el exceso de azúcar en grasa.
Es mejor comer una naranja entera o añadir una rodaja de limón al agua.
El horario del desayuno no es menos importante.
El momento ideal, según diversas fuentes, es entre 1 y 2 horas después de despertarse. Si comes más tarde, tu metabolismo puede fallar.
No te saltes el desayuno: esto te lleva a comer en exceso por la noche. Incluso si no tienes hambre, bebe un batido elaborado con espinacas, apio y kéfir: esto iniciará suavemente la digestión.
Qué hacer si no tienes tiempo para cocinar
Prepara el desayuno la noche anterior. Vierta el yogur sobre la avena y póngalo en el refrigerador; por la mañana agregue las bayas y las nueces.
O prepare muffins de proteínas con huevos, espinacas y queso: se pueden calentar en un minuto.