Hay dos opiniones diametralmente opuestas con respecto a las verduras congeladas: algunos las llaman “malas comidas preparadas”, mientras que otros las ven como una excelente alternativa a los productos frescos.
Antes de tomar partido, le sugerimos que comprenda este problema.
Beneficios de las verduras congeladas
Las verduras congeladas suelen ser más baratas y siempre más fáciles de preparar que sus homólogas frescas. Además, estos productos se pueden encontrar en los lineales de las tiendas durante todo el año.
Normalmente, las verduras se congelan inmediatamente después de la cosecha, lo que significa que conservan muchos de sus nutrientes.
Según los resultados del estudio, el escaldado, es decir, la cocción breve al vapor y la congelación prácticamente no tienen ningún efecto sobre la composición fitoquímica de los productos.
Sin embargo, existen otros trabajos científicos que indican que el proceso de congelación no deja huella en el valor nutricional de algunas verduras.
Aquí hay un ejemplo: encontrará más riboflavina (vitamina B2) en el brócoli congelado que en el brócoli fresco, pero ocurre lo contrario en los guisantes congelados. Los guisantes, las zanahorias y las espinacas congelados tienen menos betacaroteno, y las espinacas y las judías verdes tienen la misma cantidad que las verduras y hierbas frescas.
Los científicos no se detienen con sus resultados y continúan experimentando, como resultado de lo cual pudieron establecer que la congelación aumenta la cantidad de antioxidantes en las verduras, pero el escaldado puede resultar en una disminución significativa de los nutrientes sensibles al calor, incluida la vitamina C y tiamina (vitamina B1).
Contras de las verduras congeladas
Una cosa es segura: los beneficios de las verduras congeladas definitivamente disminuirán si el fabricante las combina con salsas, sal, azúcar y otros aditivos.