Cuando planean ponerse a dieta, muchas personas cometen un grave error: se plantean el hecho de que ya no pueden comer alimentos sabrosos pero poco saludables.
Este enfoque es malo desde un punto de vista psicológico: una persona se entristece al comprender que la nueva dieta no le permite disfrutar en absoluto de sus comidas favoritas.
En tales circunstancias, el riesgo de recaída y de rápida recuperación de los kilos perdidos se vuelve muy alto.
Por lo tanto, deberían abandonarse las restricciones serias. Hay dos formas: o te permites comer comida chatarra en pequeñas porciones, o eliges un día concreto para celebrar tu barriga.
A mucha gente le gusta el segundo enfoque. Es más fácil de seguir: unos días - una dieta estricta, un día - comer alimentos sin restricciones. Pero, ¿con qué frecuencia se puede organizar una celebración así del vientre?
¿Con qué frecuencia puedes romper tu dieta?
Es muy simple: si una persona sufre de obesidad grave, se puede tomar un "descanso" de la dieta una vez cada dos semanas.
Pero si no hay mucho exceso de peso, entonces puedes reservar un día a la semana para la “celebración de la barriga”.
No tengas miedo: este enfoque no te impedirá perder peso.
Por el contrario, la capacidad de interrumpir ocasionalmente la dieta le da a la persona una gran ventaja psicológica: entender que al final de la semana habrá un festival del vientre le da a la persona un incentivo para seguir estrictamente la dieta entre semana.
Además, unas "vacaciones" de la dieta ayudan a acelerar el metabolismo y tienen un efecto positivo en el funcionamiento del tracto gastrointestinal.
Pero es importante no exagerar: comer despacio para sentirte lleno a tiempo y no comer en exceso.
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