¿Tu lavadora te parece inofensiva? Piénsalo otra vez.
En los últimos diez años, han ocurrido cientos de incidentes misteriosos en hogares de todo el mundo que han sido relacionados con estos electrodomésticos.
No se trata de averías ni fugas, sino de algo mucho más extraño.
Resulta que cada vez que se realiza un ciclo de lavado, se liberan al aire partículas que pueden provocar alergias, afecciones en la piel e incluso afectar el sistema respiratorio.
¿Pero cómo es esto posible? Se trata de las fibras de tela microscópicas, bacterias y productos químicos que la máquina "arroja" durante su funcionamiento.
Las investigaciones muestran que después del lavado, la concentración de sustancias nocivas en la habitación aumenta drásticamente, especialmente si se utilizan polvos o acondicionadores baratos.
Pero lo peor es que estas partículas se depositan en los muebles, en los juguetes e incluso llegan a los alimentos. Los fabricantes lo saben, pero siguen produciendo equipos con filtros obsoletos.
¿Cómo protegerse? La respuesta puede ser más sencilla de lo que piensas.
