No todas las amas de casa logran conservar el sabor y las propiedades beneficiosas de los productos después de la congelación.
Después de la congelación, la estructura de las verduras cambia y se vuelven fibrosas. Esto se aplica a los tomates, calabacines, pimientos y berenjenas.
Si no se congelan correctamente, se volverán gomosos después de descongelarlos y perderán su sabor.
Te sugerimos que aprendas a congelar adecuadamente berenjenas y pimientos. Algunas amas de casa recomiendan hornear berenjenas antes de congelarlas y luego congelarlas.
Las berenjenas se deben lavar, secar y colocar en una bandeja para hornear. Hornea las verduras durante media hora a 200 grados.
Después de cocinarlos, cúbralos con papel de aluminio por un tiempo para que se cocinen bien.
Luego pela las verduras, colócalas sobre papel pergamino y mételas en el congelador.
No es necesario congelar las verduras en bolsas zip; se pegarán entre sí.
Antes de su uso, basta con descongelar los pimientos o las berenjenas y utilizarlos para preparar diversas ensaladas y primeros platos.