Los encurtidos y conservas caseros, que se preparan activamente en verano y otoño, siempre ayudan en los meses fríos.
Estos productos le ahorran presupuesto y ayudan a diversificar su menú.
Pero no todo el mundo tiene la oportunidad de guardar las costuras en el sótano o en la despensa.
Por tanto, la cuestión debe resolverse de otras maneras.
Una buena opción es un balcón o logia acristalada.
Pero hay que tener en cuenta que las preparaciones pueden congelarse a temperaturas demasiado bajas y esto puede afectar negativamente al sabor.
Es importante no dejar los tarros expuestos al sol directamente. Puedes dejar los suministros en armarios o ponerlos en cajas a prueba de luz.
Para las latas también es adecuado un entrepiso o un armario empotrado.
Al almacenarlo, es necesario asegurarse de que no haya dispositivos de calefacción cerca.
Algunas preparaciones, por ejemplo, lecho, mermelada o verduras saladas, se pueden dejar en el frigorífico.