Cuando una anfitriona quiere servir para la cena un plato exquisito con calidad de restaurante, su mano involuntariamente busca aceite de oliva, y no un aceite de oliva común y corriente, sino un valioso aceite de oliva virgen extra.
Si planea utilizar el producto, por ejemplo, para aliñar una ensalada, no tiene nada de criminal.
Pero si se desea untar una sartén con aceite, es mejor abandonar la idea, aconseja la cocinera Yulia Arkhipova, experta de la publicación BelNovosti.
Puedes pensar que freír en aceite de oliva mejora el sabor del plato, pero en realidad puede ser perjudicial para tu salud.
El caso es que el aceite de oliva virgen extra tiene un punto de humo de unos 170 grados.
Esto significa que a esta temperatura se forman carcinógenos en la grasa, que estropean el sabor de los alimentos y son peligrosos para el organismo.
Teniendo en cuenta el hecho de que los alimentos comienzan a freírse a una temperatura de 140 a 150 grados, puede cocinar en ese aceite con una pequeña advertencia: debe hacerlo rápidamente, mientras controla constantemente el humo.
Pero es mejor no correr riesgos y utilizar aceite refinado normal para freír.