El sabor de los huevos cocidos al estilo judío es muy similar al de los cocidos al carbón o al horno, sólo que sin olor a humo.
Como afirma la cocinera Yulia Arkhipova, experta de la publicación online BelNovosti, el sabor de estos huevos es completamente diferente, tanto en las claras como en las yemas.
Y una ventaja más: los huevos cocinados al estilo judío siempre se pelan muy fáciles y rápidos.
Y el proceso de cocción en sí definitivamente no causará problemas.
Para ello, hay que perforar los huevos con una aguja o un punzón, ponerlos en agua fría con sal añadida (1 cucharada de sal por litro de agua) y cocinar... ¡durante 6-8 horas!
Algunas amas de casa se atreven a reducir el tiempo de cocción a entre 2,5 y 3 horas.
Como regla general, este tiempo es suficiente para que las claras y las yemas cambien tanto de sabor como de color.
Debido a la exposición prolongada al agua hirviendo, las proteínas se desnaturalizan, adquieren un agradable tinte marrón y un aroma cercano al ahumado.
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