La facilidad de preparación, el sabor brillante y los beneficios han hecho de la cazuela de requesón un plato increíblemente popular.
Sin embargo, no todos los gourmets están satisfechos con la consistencia de la comida.
En lugar de una cazuela tierna y aireada, a menudo se obtiene un plato que no es uniforme ni blando.
Y no se trata sólo de utilizar harina. Algunos cocineros se olvidan de procesar previamente el requesón. Como resultado, el plato no resulta perfecto.
Que hacer con el requesón
Este producto lácteo fermentado hay que molerlo muy bien.
Puede lograr el resultado deseado usando una licuadora o batidora.
Si no hay tales dispositivos en la cocina, puede usar un colador y frotar el requesón a través de esta herramienta.
Se debe obtener una masa homogénea, de la cual se deben combinar medio kilo con cuatro yemas de huevo previamente batidas, a las que se les añadieron 70 gramos de azúcar granulada.
Vierta 20 gramos de sémola en la mezcla resultante: conviene utilizarla en lugar de harina.
La masa preparada debe dejarse intacta durante 30 minutos y luego transferirse a una fuente para horno.
El plato debe estar en el horno (160 grados) durante aproximadamente una hora. Pero uno debe centrarse no en el tiempo, sino en el grado de preparación del plato. Una señal de que la cazuela de requesón se puede sacar del horno es la aparición de una corteza dorada.
También es aconsejable perforar el alimento con un palillo: éste debe permanecer seco.