La salsa no es un plato independiente, pero complementa perfectamente varias guarniciones o delicias de carne, haciéndolas más interesantes, sabrosas y aromáticas.
La salsa ideal es espesa y suave.
Se puede preparar rápidamente con una cantidad mínima de ingredientes.
Para ello, es necesario preparar harina o fécula de patata. En este caso, el componente a granel se debe freír con anticipación hasta que esté dorado.
Luego debe verter un chorro fino de agua, leche o caldo. Todo depende del resultado deseado. En este caso, la harina y el agua se deben remover continuamente durante varios minutos.
Si la salsa resulta demasiado líquida, puedes salvar la situación con mostaza.
Solo necesitas agregar 3-4 cucharadas para que el sabor sea más picante.
Pero al mismo tiempo, tendrá que rechazar la sal y las especias adicionales, de lo contrario el sabor quedará sobresaturado, lo que puede arruinar el almuerzo o la cena.