No más partículas de cáscara en tus tortillas o huevos revueltos.
Los platos con huevo se consideran uno de los más fáciles de preparar. Pero incluso aquí hay algunas sutilezas.
Los cocineros profesionales nunca rompen los huevos con cuchillo, tenedor o sartén.
Un golpe directo a una superficie afilada crea una enorme grieta en la cáscara y daña la película.
Como resultado, las cáscaras u otros trozos pequeños de desechos entran en la proteína, que posteriormente crujen de manera desagradable. Los restaurantes preocupados por su reputación no servirán este tipo de platos.
Pero en casa no hay por qué cocinar huevos revueltos o una tortilla con tanta “sorpresa”.
Chefs experimentados baten un huevo sobre una superficie plana de la mesa. En el centro aparece un ajuste perfecto y se puede abrir con cuidado y sin esfuerzo adicional con las manos. Incluso la más mínima parte del caparazón no se filtrará hacia el interior.