Los productos horneados caseros son buenos para todos, pero no se mantienen frescos por mucho tiempo. ¿Qué hacen las amas de casa para que los pasteles y panecillos no se vuelvan rancios por más tiempo?
Pero rara vez alguien logra lograr resultados significativos. A continuación se ofrecen algunos consejos en caso de que quiera pero no pueda.
Un par de trucos y tus pasteles descansarán en paz.
Primero que nada, harina.
Si no todo, mucho depende de qué tan fresca y de alta calidad se use la harina. Como mínimo debería ser un producto de máxima calidad.
A continuación, debes estudiar la composición y prestar atención al índice de gluten: cuanto más alto, mejor.
En segundo lugar, debes ser astuto.
Las amas de casa no temen añadir almidón incluso a la masa hecha con buena harina. Como resultado, la masa resulta más esponjosa, lo que prolonga la vida útil de los productos horneados terminados.
En lugar de almidón, puedes agregar sémola. El efecto es el mismo, pero esta opción es sólo para productos horneados dulces.
En tercer lugar, líquido
Los expertos culinarios aconsejan reducir a la mitad la cantidad de leche para la masa. Y sustituye la segunda parte por agua carbonatada en lugar de leche, lo que hace que la masa quede más esponjosa.
Y una última cosa. Parte del azúcar se puede sustituir por miel, lo que no sólo hará que los productos horneados sean más sabrosos, sino que también prolongará su vida útil varios días.