La sopa es una combinación armoniosa de verduras, carne y otros ingredientes en una gran cantidad de caldo rico.
Cuando no hay suficiente caldo, la sopa se convierte en papilla. Cuando hay pocas verduras, el sabor se vuelve aguado. Pero estos no son los únicos errores que convierten la sopa en guiso.
Hay un error común que arruina el primer plato, y ni siquiera se trata del número de verduras.
Los amantes de una alimentación saludable suelen aconsejar escurrir el primer caldo al cocinar la carne, justificando su postura por el hecho de que después de hervir agua, supuestamente, la carne libera todas las sustancias nocivas con las que se alimentó al animal durante su vida.
Se cree que sólo esta tecnología se puede utilizar para cocinar caldo claro para carne en gelatina o sopa.
Después de que el primer caldo rico haya flotado por el desagüe, se recomienda verter agua cruda sobre la carne y cocinar más.
Los expertos en alimentación consideran que este hábito no sólo es un desperdicio, sino que también requiere mucho tiempo.
Ya no es posible establecer quién es exactamente el autor de este error popular.
Sin embargo, hasta ahora no ha habido evidencia de que hervir pueda limpiar la carne de antibióticos y otras sustancias nocivas. Pero debido a esto, se garantiza que el caldo será “líquido”.
