Como regla general, comprar productos en grandes cantidades es mucho más rentable. La pasta de tomate no es una excepción.
Si has abierto una lata de pasta de tomate de 0,5 o incluso 0,8 litros, surge la pregunta: ¿qué hacer con sus restos?
En este caso, muchas amas de casa eligen un método de almacenamiento como la congelación.
Para ello necesitarás un molde de silicona para hornear mini muffins u otros productos de pequeño tamaño, en cada una de cuyas celdas deberás colocar 1 cucharada de salsa.
Alternativamente, use un molde de silicona para dulces (en este caso, el volumen de cada porción es aproximadamente 1 cucharadita).
En caso de necesidad, incluso una bandeja para hielo servirá.
Después de la congelación, estos espacios en blanco se alejan fácilmente de las paredes del molde.
Transfiérelos a un recipiente conveniente o a una bolsa de plástico normal y podrá comenzar a congelar el siguiente lote de pasta.