¿Has notado cómo a veces después de una cena tardía, el sueño se convierte en una lucha contra el reloj?
Incluso los alimentos que parecen saludables a primera vista pueden jugarle una broma cruel a tu cuerpo si terminan en tu plato antes de acostarte.
Los nutricionistas y especialistas del sueño advierten: algunos platos es mejor dejarlos para la mañana, para no convertir la noche en una serie de sorpresas desagradables.

Dulces, frutas y carbohidratos rápidos.
Los pasteles, las uvas o las tostadas de pan integral provocan aumentos en los niveles de azúcar en sangre. El páncreas se ve obligado a trabajar en modo de emergencia, lo que impide que el cuerpo entre en una fase de reposo profundo.
Por la mañana, esto puede provocar fatiga, piel opaca e incluso riesgo de inflamación.
Filete y curry picante
La carne roja tarda varias horas en digerirse, lo que genera pesadez y fermentación en los intestinos. Y las especias picantes irritan el estómago, provocando acidez y reflujo ácido.
En lugar de un sueño reparador, corre el riesgo de pasar la noche buscando una posición cómoda o pastillas antiácidas.
Chucrut y chocolate negro
Las verduras fermentadas, a pesar de ser beneficiosas para la microflora, causan hinchazón si se consumen antes de acostarse.
Y el chocolate negro contiene teobromina, un estimulante que altera el sueño REM. Incluso un pequeño trozo puede mantener tu cerebro despierto cuando llega el momento de dormir.
La conclusión es sencilla: la dieta nocturna requiere atención. Sustituya los alimentos peligrosos por requesón ligero, infusiones calientes o un puñado de almendras: de esta forma preservará el sueño y la salud.