Muchos amantes del café prefieren beber esta bebida vigorizante con aditivos.
Algunas personas simplemente añaden azúcar a su taza, otras añaden leche y otras beben café con especias.
Sin embargo, la cuestión no se limita únicamente a ajustar el gusto. Cada uno de estos aditivos afecta al organismo de una forma u otra.

Azúcar
Hace que el café sea más dulce, pero puede ser perjudicial para la salud.
El hecho es que los carbohidratos rápidos provocan un aumento brusco de la glucosa en sangre, lo que proporciona energía durante un tiempo.
Pero luego el nivel de azúcar baja, lo que provoca fatiga y ganas de “comer” algo dulce.
Y si bebes café con azúcar constantemente, puedes adquirir calorías extras y un mayor riesgo de desarrollar diabetes.
Además, el azúcar puede ocultar el sabor natural de la bebida.
Leche
Hace que el café sea más suave y reduce su acidez, lo que es bueno para personas con estómagos sensibles.
Las proteínas y grasas contenidas en la leche ralentizan la absorción de la cafeína.
Por lo tanto, el efecto vigorizante se produce de forma más gradual, pero también dura más tiempo.
Pero el café con leche puede ser un problema para aquellos con intolerancia a la lactosa.
Además, la leche puede reducir las propiedades antioxidantes del café.
Canela
Da un aroma picante, mejora la sensibilidad del cuerpo a la insulina.
Esta última característica permite controlar el contenido de glucosa en la sangre.
La canela también tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
Además, esta especia puede mejorar la memoria y las funciones cognitivas.