Los frutos secos contienen vitaminas y nutrientes, muchas proteínas y fibra, además de grasas vegetales.
Se recomienda incluir frutos secos en la dieta, ya que son un ingrediente esencial en dietas comprobadas que garantizan la longevidad y mejoran la salud.
Pero para no estropear tu salud, necesitas saber con qué no puedes comer frutos secos.
Primero, con verduras
No con todos, pero sí con los que contienen almidón. Se trata de patatas y berenjenas, calabacines y calabazas, remolachas y guisantes.
El caso es que los frutos secos son una fuente de proteínas. Las verduras enumeradas anteriormente contienen carbohidratos. Juntos, debido a su diferente composición, ejercen presión sobre la digestión, por lo que los alimentos no se digieren y las vitaminas y nutrientes no se absorben.
Como resultado, una dieta de este tipo puede causar problemas en el páncreas, alterar la digestión y provocar obesidad.
En segundo lugar, con proteínas.
Te recordamos una vez más que los frutos secos son proteínas, pero sólo de origen vegetal. No se debe combinar con productos lácteos, que son proteínas animales.
Los alimentos no serán tan difíciles de digerir como en el caso de las verduras con almidón, pero no se absorberán todos los nutrientes.
En tercer lugar, con frutos secos.
Las nueces individuales con orejones pueden provocar un efecto de fermentación, lo que a su vez interferirá con la absorción de nutrientes y provocará problemas digestivos.
Con las ciruelas pasas y los orejones solo se permite consumir avellanas, pero solo en pequeñas cantidades.
Las nueces se pueden mezclar de forma segura con frutos secos, pero sólo con ciruelas pasas, pasas o higos.
Las almendras se pueden comer con dátiles o orejones.
Puedes comer nueces con manzanas y peras semiácidas, albaricoques, cerezas y ciruelas, naranjas y bayas con arándanos.
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