El té con miel es sin duda una bebida muy sabrosa, y además sumamente saludable.
El té con una cucharada de miel cubre suavemente la garganta, lo que ayuda a reducir el dolor que a menudo acompaña a los resfriados.
Además, beber té con regularidad provoca la muerte de la mayoría de los microorganismos dañinos. Finalmente, la miel es un excelente refuerzo del sistema inmunológico.
Sin embargo, no todo el mundo puede beber esa bebida.
El té con miel está contraindicado para diabéticos, así como para personas que padecen trastornos metabólicos.
Los nutricionistas advierten: la miel natural no contiene menos azúcar que el azúcar refinada.
En este caso, vale la pena observar la medida y no consumir más de 1 cucharadita de miel por día, aunque solo su médico tratante puede responder con precisión sobre la admisibilidad de dicho producto en la dieta y su cantidad.
Si no corres ningún riesgo, puedes potenciar los beneficios que obtienes de la bebida añadiendo una rodaja de hojas de limón, cereza, grosella o frambuesa a una taza de té con miel.