Científicos de Estados Unidos han afirmado que negarse a comer por la mañana provoca problemas en el sistema inmunológico.
Los expertos realizaron un experimento con ratones, que se dividieron en dos grupos.
Uno de ellos tenía que comer al despertarse y el segundo sin desayunar. En este caso, los investigadores realizaron análisis de sangre inmediatamente después de que los roedores se despertaron, y luego después de 4 y 8 horas.
Como resultado, pudieron notar la diferencia en las pruebas.
Resultó que en ratones a los que no se les dio comida por la mañana, el nivel de monocitos disminuyó. Después de unas horas estaba por debajo del promedio y 8 horas después de despertar ya no quedaban monocitos.
Vale la pena señalar que los monocitos son glóbulos blancos que desempeñan un papel importante en la protección del cuerpo, la lucha contra los tumores y ayudar a hacer frente a la inflamación.
El cuerpo, que ha estado hambriento durante mucho tiempo, comienza a estresarse, envía monocitos a la médula ósea y no se produce la producción de nuevas células sanguíneas. La siguiente vez que le dieron el desayuno al segundo grupo de roedores, su condición solo empeoró, su inmunidad disminuyó y aumentó el riesgo de enfermedades cardíacas.
Se cree que tal descubrimiento por parte de los científicos debería ayudar a comprender mejor los efectos secundarios de dicha nutrición.
La publicación correspondiente fue publicada en la revista Immunity .
