El té negro se produce secando y oxidando las hojas de té. El proceso de oxidación conduce a la conversión de catequinas en teaflavinas y tearubiginas. Son los responsables del característico color marrón anaranjado del té.
¿El té es bueno para la salud? Vale la pena beber té por sus numerosas propiedades beneficiosas.
Su consumo reduce el riesgo de cáncer, enfermedades cardiovasculares y daño de los radicales libres. En este sentido, el té negro es similar al té verde.
Además, las personas que beben té negro con regularidad tienen mayores concentraciones de antioxidantes en el suero sanguíneo.
Según un estudio realizado en los Países Bajos entre 1986 y 1990, beber té reducía ligeramente el riesgo de desarrollar los tipos de cáncer más comunes, incluidos el cáncer colorrectal, el cáncer de pulmón y el cáncer de mama.
Al igual que el café, el té también contiene cafeína, aunque en el caso del té el compuesto se denomina más comúnmente teína. Su contenido es de aproximadamente 50 mg en hojas de té.
La cafeína tiene un efecto beneficioso sobre la atención y la concentración, pero no es tan estimulante como el café porque no se absorbe en el estómago, sino sólo en los intestinos.
Sin embargo, es un mito que el té no tiene ningún efecto sobre la pérdida de líquidos y la deshidratación. Sin embargo, el efecto de la diuresis sólo puede producirse después de consumir una cantidad que contenga unos 300 mg de cafeína, lo que corresponde a unas seis tazas de té a la vez.
Vale la pena saber cuidar la hidratación, ya que tiene un gran impacto en nuestro bienestar, salud y buen funcionamiento de todo el cuerpo.
Es importante recordar que los compuestos fenólicos reducen la absorción de hierro. Por este motivo, al igual que ocurre con el café, no se recomienda beber té negro durante las comidas.
A la hora de ingerir cualquier alimento, lo más saludable para nuestro organismo es beber agua.