Puede resultar muy difícil controlar los ataques de ira, pero esto destruye a la persona desde dentro.
Esto conduce a problemas en las relaciones con los seres queridos, amigos, compañeros de trabajo, pero aún más peligroso: problemas de salud.
Existen varias técnicas que pacificarán la agresión interna. Aquí está uno de ellos.
Para empezar, simplemente aprenda a analizar sus emociones e identificar las señales de un inminente estallido de ira.
Una vez que decidas este punto, podrás tomar el control de la situación.
1. Deja de pensar en lo que te molesta. Al hacer esto sólo estás echando más leña al fuego.
Esto sólo se puede hacer dejando ir la situación, centrando toda tu atención en lo que te genera emociones positivas.
2. Después de practicar un poco, prueba el siguiente paso.
Aquí será necesario cambiar radicalmente la forma de pensar.
Es decir, en lugar de enfurecerse por el pensamiento obsesivo de que “todo está perdido”, repítase a sí mismo que “este no es el fin del mundo”.
También tendrás que reconsiderar tu vocabulario y eliminar temporalmente las palabras "nunca", "siempre" y similares.
3. A continuación será aún más difícil, porque tendrás que usar la lógica. Recuerda que la ira y la agresión son improductivas y nadie te destruirá.
El último punto es el más agradable. Necesitará relajarse haciendo ejercicios de respiración o escuchando música ligera.
Al mismo tiempo, trabaja en ti mismo, mejora tus habilidades comunicativas, evita todo lo que pueda irritarte y piensa con más frecuencia en cosas positivas.