Los nutricionistas clasifican como dulces cualquier producto que contenga altos niveles de azúcar.
Así, la categoría "dulce" incluye no sólo chocolates y dulces, sino también pan blanco, ketchup, miel y otros productos.
La Organización Mundial de la Salud recomienda no reservar más del 5-10% de la ingesta calórica diaria total para dulces.
¿Cuánto es esto en gramos?
Los adultos sanos no deben consumir más de 30 gramos de azúcar añadido al día.
La mejor opción es darte un capricho con algo rico dos veces al día después del almuerzo o la cena. El “peso” de una ración no debe superar las 200 kcal.
Puede ser no solo un postre, sino también algo salado o graso, por ejemplo, patatas fritas o tostadas con pescado rojo ligeramente salado.
Esta recomendación debe ser seguida incluso por quienes tienen sobrepeso y actualmente están a dieta.
Quien sigue este principio, en primer lugar, disfruta de la comida y, en segundo lugar, elimina las inhibiciones, que tarde o temprano terminan en el fracaso.
Evite comer dulces como refrigerio, antes de las comidas, durante arrebatos emocionales (positivos o negativos) y cuando se sienta cansado o con falta de sueño.