Muchas personas se dan cuenta de sí mismas y de quienes las rodean que pocas personas logran mantener la misma talla de ropa después de 30 años que en su juventud.
Sin embargo, este es un objetivo completamente alcanzable.
Muchas personas hasta la vejez pueden presumir de no tener sobrepeso.
Cada año el proceso metabólico funciona más lentamente. Por lo tanto, a la edad de 20 años se pueden comer patatas fritas y comida rápida sin consecuencias especiales para la salud, y después de los 30, estos "experimentos" conducen a un aumento de peso.
Por tanto, se debe reducir la ingesta calórica de la dieta.
Sólo hay dos opciones para solucionar el problema. La primera es esta: llevas un estilo de vida activo, no te pierdes los ejercicios y las sesiones de yoga en casa, caminas mucho, andas en bicicleta y vas a la piscina.
La segunda opción es sencilla: un gimnasio con entrenamiento de fuerza. Si abandona estas dos opciones, el aumento de peso será sólo cuestión de tiempo.
Es posible que el aumento de los primeros cinco kilogramos no se note, especialmente si usas ropa holgada. Debido a esto, existe riesgo de obesidad.
Por eso, una vez a la semana mide tu volumen, peso y anótalo en tu diario de alimentación.