Seguramente cada persona al menos una vez en su vida se ha encontrado con un deseo irresistible de saciar su hambre por la noche.
Se sabe que esos deseos deben ser reprimidos.
Por eso, vale la pena saber por qué no se debe comer por la noche.
Para que todos los sistemas de nuestro cuerpo funcionen armoniosamente, necesitamos descansar lo suficiente por la noche. Un tracto digestivo que funcione no permitirá que esta idea se haga realidad.
Por la noche, las funciones metabólicas no funcionan tan activamente como nos gustaría. Por tanto, todo lo que decidamos consumir por la noche se depositará definitivamente en zonas problemáticas.
Existe evidencia de que comer por la noche provoca alteraciones en el funcionamiento del sistema digestivo, lo que puede provocar el desarrollo de enfermedades crónicas.
Por tanto, conviene negarse a comer por la noche. La última comida se toma un par de horas antes de acostarse.