Si una mujer, mientras espera un hijo, sigue una dieta adecuada y equilibrada, significa que el feto recibe todos los nutrientes y vitaminas que necesita para su crecimiento y desarrollo.
Además de los alimentos recomendados, también existen aquellos indeseables que deben excluirse de la dieta de una mujer embarazada.
Los huevos pueden estar contaminados con salmonella, que puede provocar enfermedades graves. Por ello, se recomienda evitar el consumo de huevos crudos y platos elaborados con ellos, por ejemplo, mayonesa casera. Si prefiere los huevos duros, asegúrese de controlar su cocción.
El pescado (más precisamente, algunas de sus especies) contiene mucho mercurio, lo que puede afectar negativamente al desarrollo del cerebro y del sistema nervioso del niño.
El atún, el pez espada y la caballa son famosos por su alto contenido de mercurio.
Los mariscos crudos o poco cocidos pueden contener bacterias y virus que causan intoxicación alimentaria.
Por tanto, es mejor abstenerse de comer sushi, ostras y otros mariscos sin un tratamiento térmico adecuado.
Varios quesos blandos y sin pelar pueden contener la bacteria listeria, que es peligrosa para las mujeres embarazadas.
Quesos como el Brie, Camembert y Roquefort deben evitarse o consumirse con precaución después de cocinarlos.