Los médicos recomiendan consumir unos 30 gramos de fibra al día.
Si su indicador personal es menor que esto, lo más probable es que esto afecte su salud.
Enumeremos las razones que le ayudarán a comprender que está consumiendo poca fibra.
Si padeces esta enfermedad, intenta aumentar la cantidad de fibra que consumes (previa consulta con tu médico): suaviza y aumenta el volumen de las heces.
Debido a que la fibra ayuda a estabilizar los niveles de glucosa en sangre al permitir que el azúcar se libere más lentamente, no experimentará esas tediosas caídas de energía del mediodía.
Además, existe la opinión de que la fibra influye en los niveles de energía debido a que puede provocar sensación de saciedad. Como resultado, una persona puede concentrarse en la tarea que tiene entre manos, en lugar de pasar hambre.
Una de las principales ventajas de la fibra es su capacidad para proporcionar una sensación de saciedad durante mucho tiempo. Las investigaciones confirman que la fibra dietética aumenta la sensación de saciedad y controla el apetito al ralentizar el vaciado del estómago.
Entonces, si siente hambre rápidamente después de comer, es posible que desee aumentar su consumo de fibra.
La fibra ayuda a controlar el apetito entre comidas, lo que favorece la pérdida de peso. Disminuye el deseo de comer bocadillos, comer en exceso o caer en malos hábitos. Se sabe que la fibra dietética ayuda a perder peso en general y a perder grasa abdominal en particular.
Anteriormente te contamos qué debe hacer una persona que está adelgazando si le ruge el estómago .