Un error típico que comete la mayoría de las personas es que simplemente cocinan demasiado la pasta, lo que hace que su textura se deteriore.
Las amas de casa experimentadas intentan cocinar la pasta poco, y vale la pena comprender con un poco más de detalle por qué lo hacen.
La pasta poco cocida ayuda a mantener su textura y firmeza, lo que se conoce como al dente.
Este término italiano se traduce como “diente a diente”, indicando la combinación perfecta de firmeza y suavidad.
La pasta poco cocida tiene un índice glucémico más bajo, lo que significa que se digiere más lentamente y no provoca un aumento de azúcar en la sangre.
Esto los convierte en un producto más útil para quienes controlan sus niveles de glucosa en sangre.
La pasta al dente tiene un sabor y aroma más ricos porque retiene más almidón y otros nutrientes. Esto le permite disfrutar plenamente del sabor de las salsas y otros aditivos.
También reduce significativamente el tiempo y la energía gastados en cocinar.
En lugar de esperar a que la pasta se ablande, podrás disfrutar de tu almuerzo o cena más rápido.
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