Científicos de la Universidad de Pekín realizaron un estudio a gran escala sobre los efectos de las dietas bajas en carbohidratos y grasas en la esperanza de vida humana.
Y llegaron a la conclusión de que una dieta baja en grasas reduce significativamente el riesgo de muerte prematura.
Los resultados del estudio se presentan en un artículo publicado en el Journal of Internal Medicine.
Para el estudio, los investigadores analizaron la información nutricional de 370.000 personas de entre 50 y 71 años que seguían ambas dietas.
El estudio duró 23 años, tiempo durante el cual murieron 165.000 participantes.
El análisis de los datos mostró que entre las personas que consumían una dieta baja en grasas, basada en verduras, frutas y cereales, el riesgo de muerte prematura disminuyó en un 18%.
En cuanto a la dieta baja en carbohidratos, el estudio encontró que se asociaba con mayores tasas de mortalidad temprana.
Los científicos señalan que una dieta baja en grasas funciona significativamente mejor, gracias en parte a las grasas insaturadas beneficiosas que se encuentran en las nueces, los aguacates y el pescado.