Si alguna vez te ha interesado el tema de la pérdida de peso, probablemente te hayas encontrado con recomendaciones de nutricionistas que aconsejaban apoyarte en las toronjas.
Es difícil discutir el hecho de que los cítricos con regusto amargo son extremadamente beneficiosos para la salud, ya que los pomelos contienen vitaminas A, B, D, P y vitamina C inmunoestimulante, ácidos orgánicos, pectina, que estimula el tracto gastrointestinal, aceite esencial, minerales y antioxidantes, una de cuyas tareas es combatir el proceso de envejecimiento que se produce en el organismo en contra de nuestra voluntad.
Pero, ¿cómo puede afectar todo lo anterior al proceso de adelgazamiento?
El caso es que comer pomelo estimula el metabolismo, ayuda a limpiar los intestinos y también ayuda a reducir los niveles de azúcar y colesterol en sangre. Las sustancias tóxicas se eliminan del cuerpo y se reduce la cantidad de exceso de líquido.
Y una "ventaja" más: se cree que la fruta jugosa puede reducir el apetito.
Sin embargo, no debes cambiar exclusivamente a pomelos cuando intentes perder peso. En cambio, basta con comer la mitad de la fruta antes del desayuno, el almuerzo y la cena.
Una alternativa sería el zumo de pomelo: 100 g tres veces al día. Para no dañar el estómago, conviene diluirlo con la misma cantidad de agua limpia y fría.
No olvides que en temas de salud debes consultar, en primer lugar, con tu médico.