Mucha gente ama el arenque. ¿Alguien piensa en cómo elegirlo correctamente?
La apariencia y el olor están lejos de ser los criterios principales que deben tenerse en cuenta. Por ello, conviene recordar algunas reglas de selección, almacenamiento y consumo que ayudarán a mantener la salud.
Elegir arenque fresco y de calidad es la base para conservar su sabor y sus propiedades beneficiosas. Al elegir, es importante prestar atención a:
• color;
• oler;
• textura.
Lo óptimo es elegir arenque de color brillante, uniforme, sin manchas ni olor a amoníaco. La cosa se complica más si se vende en envases sellados. En este caso, sólo hay que confiar en el fabricante.
El almacenamiento del arenque juega un papel fundamental en su calidad. Después de comprarlo, conviene colocar el arenque en el frigorífico. Envolverlo en film transparente o en una bolsa térmica puede ayudar a conservar la frescura y el sabor.
Para aquellos a quienes no les gusta el arenque o no pueden encontrarlo, existen varios sustitutos con sabor y beneficios para la salud similares. Las alternativas más populares incluyen:
1) caballa;
2) salmón marinado;
3) pepinos encurtidos.
Todas ellas pueden ser grandes alternativas. Por supuesto, aún puedes confiar en tus preferencias personales.
Además de la selección y el almacenamiento, también es importante considerar los aspectos sanitarios. El arenque puede contener mercurio, por lo que es importante limitar su consumo, especialmente en mujeres embarazadas.
La preparación y presentación adecuadas del arenque pueden convertirlo en un verdadero placer para el paladar. La marinada, las especias y las verduras pueden darle al arenque un sabor y aroma especiales.
Elegir y preparar arenque no es sólo una cuestión de gusto, sino también de preocupación por la salud. Siguiendo estas cinco reglas podrás disfrutar de este pescado sin posibles riesgos.
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